Tan sols queden cinc díes pel meu primer triatló i l'intensitat d'entrenament comença a fer-se notar. Dolors musculars i articulars, mal d'esquena, alguna que altra migranya i dificultat per dormir hem diu que el cos está a tope i que he de començar a dosificar bé que faig i com.
Fins ara ja porto des que vaig començar al més de gener prop de 300 kms corrent, 2.300 kms en bicicleta i 47 kms a l'aigua i tinc la sensació d'haver fet poc. Sempre aquesta sensació d'estar o no preparat.
Potser es aquesta sensació la que et fa aixecar-te pel matí i saber que has d'entrenar ja plogui, faci fred o calor tinguis companyía o estiguis abocat a sortir sol.
El repte es al davant i has de ser-hi convençut de que has fet els deures. Després la sort, la preparació, les condicions de carrera farán la resta. I jo hi seré.... Cinc díes només!!!.
Estas semanas están siendo mas intensas, apenas 16 días para el B de Banyoles y poniendo las distancias en su sitio para hacer un buen papel. De otro modo será imposible plantearse el gran reto del Ironcat en mayo.
Empiezo a encontrarme cómodo en la bici y corriendo si bien en el agua todavía me cuesta coger un buen ritmo de brazada que me haga progresar sin perder demasiada energía.
Mañana entreno con neopreno y distancia B en runing.
Seguimos en el buen camino.
Tras una semana cargada de entreno duro, hoy he preferido salir a las 9 con el grupo y hacer una salida de rodaje si bien en algún momento puntual la cosa se ha acelerado un poco.
Al final 80 kilómetros y buena recuperación de piernas si tengo en cuenta que el sábado ya tuve una sesión de btt de poco más de 42 kilómetros.
Mañana toca agua y empezar de nuevo a las sesiones de runing.
A día que pasa queda meno tiempo. A no salirse del camino marcado.
O eso me han dicho hoy!!!!!,
9.30 de la mañana en la puerta del casino. La élite del club plantada delante con ganas de hacer daño hoy. Y en medio, yo.
Hoy tocaba hacer ruta larga y a ritmo alegre, 32 km/h de media nos han salido en el momento de regresar a Vallirana después de 4 horas de pedaleo, salvando el Ordal en dos ocasiones y el puerto de Las Ventosas.
He llegado fundido.
Tal y como estaba pactado después, cambio de zapatillas y a correr. Una masía sube y baja y 10 kilómetros mas al casillero. Creía que no llegaba. Suerte que mi amigo Niko en esta ocasión me ha sacado del pozo.
Ducha en el gym y comida en la piscina rodeado de buenos amigos para reponer fuerzas.
Ahora y ya en casa, las cosas se ven de otro modo y estoy animado para un segundo asalto el domingo.
