Etapa de montaña la de hoy con 122 kms de carretera en la que hemos incluido tres puertos de montaña.
Un primero de rampas de vértigo (Rat Penat) donde el desarrollo máximo daba paso a una fuerza de piernas descomunal para poder avanzar. Una vez repuestos del esfuerzo, encaramos la bajada a Olivella para desde Sitges iniciar la subida por las Costas del Garraf como segundo puerto del día.
Finalmente y llegando a Gavá decidimos encarar la subida a Begues por el cañón del Colorado y sus sinuosas curvas que te ascienden en un pedaleo constante y sin apenas descansos.
Final con bajada hasta Olesa para desviarnos por el Pla del Pelag hasta Vallirana para acabar después de 5 horas, la salida de hoy.
Buen entreno de calidad que da por finalizada una semana de entreno con poco mas de 350 kms de bici y 45 de running.
Mañana, nueva semana de entreno preparando la Bonaigua 2000 del sábado.
Después de acabar con éxito mi primera prueba de distancia ironman, las cosas empiezo a verlas distintas. Las distancias ya no se ven tan largas, las horas corriendo, nadando o en bici ya no parecen ser tan interminables. Es sin duda un efecto óptico ya que siempre hay que trabajarlas y a fondo para que no te den una sorpresa cuando mas confiado creas estar.
Yo por si acaso me apunto a este proverbio y sigo en mi linea de entreno, ahora tirando mas de bici para preparar la prueba de carretera de la Bonaigua para después centrarme de nuevo en apretar la natación y el correr para no relajar las pruebas de Balaguer y la media de Sant Boi.
Calendario apretado y exigente el que viene este mes de junio.
Cuatro y media de la mañana del sábado 14 de mayo. Suena el despertador que me indica que el tiempo de espera ya ha pasado, tanto tiempo esperando el momento y ya estamos a punto de probar que se siente al poder participar de una prueba ironman.
Recojo la bolsa, bajo al vestíbulo y nos encontramos para desayunar antes de dirigirnos a l'Ampolla donde dejaremos a las 6 de la mañana la bicicleta y el material de batalla dispuesto para unas cuantas horas de esfuerzo.
A las 7 de la mañana y tras probar el agua unos minutos antes, dan la salida y el mar que hasta el momento está en calma hierve al ritmo de cientos de manos buscando el camino a la primera boya.
Tres largas vueltas al circuito marcado nos dan la primera distancia de 3.800 metros cumplida. Ahora a por el segundo sector en bici.
Unas primeras tres vueltas al circuito en relativa calma me permiten mantener los 31 km/h de promedio marcado para asegurarme una estancia encima del sillín de no mas de seis, pero como si de la nada aparece el viento de protagonista que a vuelta que pasa cobra mas fuerza teniendo en la última vuelta, unos 30 kms infernales que casi me hacen perder el tiempo ganado. Al final seis horas tal y como previsto.
De nuevo en box, me dispongo a calzarme las zapatillas y emprender el que será tercer y último segmento de carrera, la temida maratón.
Siete vueltas a un circuito nos dan cumplida esa distancia pero a vuelta que pasa y ya en el ecuador de la prueba el ritmo, el cansancio acumulado, los dolores musculares, las llagas,... empiezan a hacer sufrir mi maltrecho cuerpo y el ritmo se empieza a resentir. La cabeza me dice que no pare, hoy es el día perfecto para cumplir con el objetivo y nada es más importante que llegar a meta y colgarme la medalla.
12 horas y 16 minutos dan cuenta de mi sufrimiento y esfuerzo en carrera. He cumplido conmigo mismo y con mi sacrificio de estos meses. Soy finisher, soy ironman.
Esta semana y después del B de Banyoles nos hemos planteado una semana intensa que a cada día qie iba pasando, nos ponía a prueba con intensidades y kilómetros para aburrir.
Hoy por fin la hemos cerrado con 161 kms de carretera que nos aproxima a la distancia del Ironcat.
Ha sido la semana de subidón esperando la que va a iniciarse a partir de mañana con rodajes suaves y estiramientos, mimando esos músculos fatigados a dia de hoy y que tienen que estar a punto para la dura batalla del sábado.
Ya solo quedan 5 días.
Este domingo por fin llegó el momento de enfrentarse a los miedos que uno tiene ante aquello desconocido a lo que no se ha enfrentado nunca.
No por no haberlo entrenado ya que en si todas y cada una de las disciplinas en sus respectivas distancias ya estaban mas que probadas, sino por el hecho de encadenarlas todas del tirón, enfrentándose al agua frente a una boya que se divisa a lo lejos y que crees no ser capaz de alcanzar, al cambio de neopreno a casco y guantes para afrontar dos vueltas de terreno que no deja descanso a un rodar suave y constante sino que te va manteniendo las piernas tensas y finalmente a una carrera a pie que durante 20 kms te hace pensar en que estás cansado, dolorido, muerto de cuerpo, pero que a su vez la cabeza te va guiando vuelta a vuelta hasta la meta.
Se ha sufrido, se ha corrido y se ha llegado. He sido capaz de completar la mitad de lo que vendrá en dos semanas.
Ni pensar quiero. A seguir entrenando.
