Han sido quince días intensos, mezclados entre turismo, descanso y deporte.
Muchos kilómetros por esas carreteras llenas de naturaleza, puertecillos y tranquilidad, donde la gente respeta al ciclista porque lo llevan dentro, donde encuentras siempre a alguien amigo a quien saludar cuando te cruzas con el en cualquier carretera de cualquier sitio. Ha sido una gozada el poder pedalear por esas tierras.
Ahora retomamos la carretera y de vuelta a casa.
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