lunes, 14 de mayo de 2012

Ironcat se rindió por segunda vez!!!

Siempre es duro el preparar una prueba de este calibre. Una distancia Ironman requiere de mucha dedicación, esfuerzo y sacrificio. Esos son los meses verdaderamente duros a que uno se debe enfrentar en el momento de decidir que quiere participar en esas mega distancias.
Este año no era mi intención participar pero por cambio forzado de calendario de competición una cosa me llevo a otra y me vi envuelto en la preparación de mi segundo asalto al IRONCAT de l'Ampolla.
Me llegaban recuerdos de lo duro que fué el año pasado y lo que me costó el sector de a pié. Esa maratón que no se acaba nunca, siempre arriba y abajo; pero nada iba a predecir a lo que nos íbamos a enfrentar este año.
Eran las 5 de la mañana cuando suena el despertador y te invita a levantarte y empezar lo que va a ser sin duda un largo día de esfuerzo.
Desayuno sin apenas hambre y con mas sueño que otra cosa en esos primeros instantes del día.
Poco antes de las seis salimos del camping Manolo, Nestor y yo enfilando el paseo de l'Ampolla y comentando nuestras primeras impresiones antes de la prueba mientras nos aproximamos al box. El ambiente envuelto todavía en las sombras del amanecer ya desprende olor de competición, mezclado con el olor a cremas y lociones.
Poco a poco vamos entrando todos y cada uno de los componentes del club, esta vez somos 16, colgando nuestras bicis y dejando el material a punto para después del chapuzón.
No nos damos ni cuenta y entre una mezcla de risas y nervios ya estamos colocados bajo el arco de salida y frente a un mar en calma total donde las boyas amarillas nos indican lo largo que se va a hacer el primer sector de natación.
Salida y a nadar. Uno a uno vamos completando el recorrido y brazada a brazada llegamos una vez completadas las tres vueltas, a la rampa de salida del muelle que nos conduce en rápida transición a la zona de boxes.
Momento de cambiar el traje de neopreno por el maillot y cargar con todo; barritas, sandwichs, bidones, .... no dejarse nada en esos momentos es esencial ya que es el sector de bici el puntal para tener una buena disciplina en cuanto a hidratación y nutrición antes de afrontar el tercer y ultimo sector.
Seis vueltas en ida y venida a Camarles nos va minando poco a poco las piernas, intentando no bajar el ritmo y entrar en esas seis horas máximas que nos hemos puesto todos como techo. El viento una vez mas hará acto de presencia y nos dificultará las dos últimas vueltas y en especial la última que al igual que el año anterior ralentiza la cadencia en exceso.
Niko quedará en la última vuelta pese a su excelente ritmo en carrera, parado y fuera de competición por problemas estomacales, sintiendo el equipo que hemos perdido a uno de nosotros en batalla. El resto sigue adelante, no desfallecer es el lema.
Mientras vamos llegando a box, algunos de nosotros ya corren por el paseo completando la primera vuelta de las seis con que constará la maratón.
El sol aprieta y a mediodía nos está fundiendo vivos.
Intentamos hidratarnos, refrescarnos y ponernos hielo donde podemos para bajar la temperatura del cuerpo, intentando comer e ingerir esos geles que a esa temperatura ambiente a nadie le viene de gusto. Es necesario. El cuerpo nos da señales de debilidad y el estómago ya no nos pertenece. Revuelto de todo, nos está machacando. Las piernas empiezan a flojear y el ritmo se vuelve cansino. En muchos tramos nos veremos forzados algunos a caminar, pero nadie quiere tirar la toalla.
Jose Luis es nuestra segunda baja. Las malas sensaciones que le transmite el cuerpo y las altas pulsaciones que siente le obligan en un primer momento a pararse junto a los masajistas que intentan reanimar sus piernas. Finalmente y al no verse recuperado toma la sabia decisión de retirarse y dejarlo para la siguiente edición.
La competición está llegando a su fin y pese a que todos los repetidores hemos perdido tiempo con respecto a ediciones anteriores, la satisfacción es máxima al llegar a meta.
Ni que decir de los debutantes, primera vez y objetivo cumplido.
Solo queda felicitarnos por el éxito conseguido, quedando segundos por equipos, segunda en féminas y primero en sub20 y agradecer a los acompañantes que nos han alentado y empujado durante las largas horas de competición.
Ahora toca parar un poco, recuperarse de las heridas y volver a la carga. Nuevos retos nos esperan.


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